jueves, junio 03, 2004

Tarjeta amarilla

Desde el pasado viernes (cuando tuve un incidente bastante desagradable con la encargada) no había vuelto por la biblioteca y hoy decidí pasar por allí antes de ir al instituto a mi clase de Internet. Con la actitud que tuvo aquel día ya me esperaba cualquier cosa, pero no me esperaba con lo que me encontré. Tengo un mes de sanción que me impide utilizar cualquier servicio que se ofrece en la biblioteca (desde coger un libro, utilizar los ordenadores etcétera). Intenté razonar con ella y que viera sus contradicciones. A veces me decía que utilizar el Messenger estaba prohibido, otras que sólo para comunicarse (y que sean conversaciones serias). Cuando le pregunté que a que se refería con comunicación y con "conversaciones serias" no supo que decirme. Tampoco supo que decirme cuando le pregunté que sentido tenía tener una webcam si no se podía utilizar para la videoconferencia (para sacar imágenes tampoco) y me dice que si se puede entrar en los foros (culturales, of course) aunque para eso no es necesario una webcam. Al final no hubo posibilidad de llegar a nada claro porque cuando una persona está cerrada de mollera y utiliza el despotismo como armas no hay nada que hacer. Supongo que detrás de todo esto está la mano negra de las bibliotecarias que están por la mañana y que me odian por un incidente ocurrido hace años y por el que tuvieron una amonestación del concejal de cultura del ayuntamiento. Esta recién llegada totalmente subyugada a lo que le digan sus compañeras les ha dado la forma de vengarse.

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