Volver

Volver a la rutina se hace pesado porque uno enseguida se acostumbra a la buena vida y a no tener otra tarea que tumbarse en la playa sin pensar que al día siguiente has de levantarte temprano e ir al trabajo. Tener que regresar tras un mes de agosto lleno de viajes y de experiencias ha sido un poco frustante y tener que volver a la realidad diaria ha sido como cuando sueñas que te caes por un profundo agujero y te despiertas de un sobresalto. Que conste que a pesar de todo las cosas no son tan malas. Me dedico a tramitar el cambio de las tarjetas universitarias en la facultad de "Bellas artes" y estoy descubriendo lo dificil que a veces puede resultar tener que tratar con ciertos estudiantes. Son los más jóvenes e inexpertos en la vida los que se muestran demasiado despreocupados e indiferentes ante un futuro que les está pisando los talones. En cambio aquellos que ya han tenido experiencias de vida y saben como funcionan las cosas (y confian en lo que yo les digo y que no les estoy engañando) te hablan de una forma comprensiva y atenta. Los hay arrogantes que te miran con desprecio y sus palabras son un intento vanal y futil de molestar, pero no me preocupa esto porque sé que no estoy engañando a nadie y cada fin de jornada me voy con la conciencia tranquila.